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Mostrando entradas de julio, 2010

El reloj

Hubo una vez un reloj de oro que gustaba marcar las horas muy, muy exactas. También marcar el paso del tiempo con su incesante tic, tac, tic, tac. Las manecillas siempre bien dispuestas para indicar cuántos minutos habían pasado desde la última hora, y cuantos faltaban para volver a casa porque ya era la hora de preparar la comida y almorzar. Una pequeña ventanilla ayudaba a no olvidar que el primer día de mayo ya llegó y que por ser domingo no sólo era día de descanso sino también de celebración. Pero resultó ser que su ama, que andaba últimamente un poco despistada, confundida y olvidadiza, pensó que el reloj pesaba demasiado para su delgada muñeca….pensó que con la lluvia de mayo el valioso reloj se mojaría…pensó que por no salir juntos de paseo un día no se echaría a perder su amistad…Así que ese día , ese primer domingo de mayo, el ama del reloj de pulsera decidió guardarlo en el armario. Y aunque aquel día el armario tenía un aspecto un tanto extraño lo dejó allí un rato para e