Rosa, la muñeca de nieve

Como el frío nos está mostrando día a día, estamos en pleno invierno y en clase también lo trabajamos. La idea principal de esta actividad era contar el cuento con los personajes a modo de títeres, y luego preguntar a los niños sobre el mismo y comentarlo. 

Pero fue llegar a la clase y pensar que íbamos a tardar muy poco en hacerlo todo (¡y eso que siempre sufro por los minutos que no nos da tiempo a nada!). Así que decidí enseñarles al protagonista, el muñeco de nieve, y les invité a que le pusieran nombre. Me encanta que ellos participen y se sientan importantes también en la actividad. Los nombres que propusieron fueron los siguientes: 


  • Copo
  • Snowman (se nota lo bilingües que son ya)
  • Hielo
  • Rosa
  • Nieve
  • Coche (¿?)
  • Chewbacca (padres frikis seguro :P)
Al final por votación salió elegido el nombre de Rosa, por lo que nuestro muñeco resultó ser una muñeca.

También les pregunté antes del cuento si habían hecho alguna vez un muñeco de nieve de verdad, y muchos dijeron que sí y que fue en Sierra Nevada menos una que lo hizo en Alemania. Y ahí se me volvió a encender la luz, por lo que situé el cuento en Sierra Nevada, para que tuvieran un punto real que conocen. 

Voy a copiar el cuento tal y como lo encontramos aquí, aunque yo hice modificaciones, como es el nombre del protagonista y el lugar. 


"Había una vez, en el país del gran frío, un muñeco de nieve que se llamaba Pedrito, pero al que todos llamaban Pe. Como había sido el último en hacerse justo antes del deshielo, lo habían terminado un poco deprisa. Al no haber encontrado dos botones iguales para hacerle los ojos, uno de ellos fue sustituido por un parche.
Pe se sentía excluido y muy solo, los otros muñecos de nieve estaban rodeados de niños, pero nadie quería jugar con él, ya que era diferente. Estaba tan triste que su nieve empezó a deshacerse al mezclarse con sus lágrimas.
Una noche, una estrella mágica se acercó a Pe y le despertó con estas palabras: "El rey del invierno que vive entre los hielos, ha sabido lo triste que estás y me ha enviado aquí para concederte un deseo y devolverte la sonrisa".
Pedrito pensó en lo que le gustaría obtener: lo que más deseaba era liberarse de aquel parche. Pero poquito a poco su nieve se estaba fundiendo. La primavera estaba cerca, así que, ¿para qué iba a querer otro ojo?
Pedrito respondió a la estrella:
"Me gustaría que mi nieve dejará de deshacerse y permanecer entero durante el verano". La estrella mágica le concedió el deseo. Con un destello endureció tanto su nieve que ni siquiera el sol más caliente habría podido fundirla.
Los días fueron pasando y el verano ya estaba a punto de llegar.
Los otros muñecos de nieve se deshicieron por completo mientras que Pedrito todavía estaba entero.
Los niños que habían preferido a los otros muñecos porque no tenían parche en el ojo, comenzaron a jugar con el muñeco mágico que había sido capaz de resistir el deshielo.
A Pedrito le parecía mentira tener a todos esos niños a su alrededor.
Pasó la primavera, el verano y el otoño y el frío volvió con el invierno. La nieve empezó a caer de nuevo y los niños construyeron otras muñecos de nieve. Pe temió que sus amigos le volviesen a dejar solo. En cambio; recibió una grata sorpresa. Vio que todos los nuevos muñecos de nieve tenían un parche como el suyo. Entonces, Pedrito llamó a un niño y le preguntó por qué habían hecho todos los muñecos iguales que él. El pequeño respondió: "el año pasado hicimos a todos los muñecos con dos ojos iguales y todos se deshicieron. Sólo tú has resistido. Así que hemos pensado que, de alguna manera, tiene que ver con el parche, y hemos puesto un parche a todos los muñecos para que no se deshagan".
Pe, muy contento, no dijo nada de la magia. Permaneció sonriente disfrutando del aire helado del invierno. Una noche la estrella mágica volvió y Pe se puso muy contento al verla. Ella le dijo:
"El rey del invierno se ha encariñado contigo y me ha dicho que te conceda otro deseo".
El muñeco respondió al momento:
"Deseo que el deshielo no funda a ningún muñeco de nieve este año". La estrella hizo su magia y, de repente, todos los muñecos de nieve, que estaban durmiendo, se despertaron y se sintieron distintos, más fuertes. Con la llegada del verano, ningún muñeco se fundió... Y los niños, muy felices, siguieron pensando que toda la magia residía en el parche que sustituía al ojo.
Sólo Pe conocía la verdad. Fue él quien, con un gesto generoso, pidió a la estrella un deseo para sus compañeros. Ahora, es muy feliz por tener un montón de amigos."

El muñeco y la estrella los hice en cartulina con rotuladores. Por falta de tiempo no les puse un palo o cañita para que cumplieran la función de títeres, pero se los enseñé de igual forma y les gustó mucho, estaban embobados mientras contaba el cuento. Esta vez le dediqué un tiempo a aprendérmelo, porque siempre iba con el cuento impreso y quedaba fatal ir leyendo, ya que me gusta mirarles y preguntarles cosas durante el relato. Sin duda, ha sido un acierto el saberlo y no tener que mirar. 

Aproveché también para pedirle un deseo a la estrella mágica y ellos hicieron lo mismo. Es una buena forma de que el próximo día estén más atentos (truquitos que se me van ocurriendo a la marcha).



MATERIALES

  • Cuento
  • Cartulina
  • Rotuladores
  • Cañita o palo para los títeres

Otra idea que se me acaba de ocurrir es que ellos hagan los personajes, o uno de ellos, antes o después del cuento, eso ya a vuestro gusto. 

En breve vuelvo con la nueva entrevista, ¡no se me ha olvidado! Muy pronto la publicaré con una nueva profesión y nuevas visiones.

Sed felices :)

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