¡Visitamos el acuario de Sevilla!

He de empezar diciendo que tengo sentimientos encontrados con estos lugares, ya sean zoos o acuarios. 

Soy del pensamiento de que tenemos que dejar vivir a los animales en su hábitat natural, tranquilos y a su ritmo, con sus costumbres y su espacio sin fronteras. Pero por lo menos en el acuario de Sevilla no hay espectáculos con delfines, orcas o focas, que es la parte que más odio. Aquí las especies están a su aire, sin tener que entretener ni hacer gracia a nadie, y sin haber sido domesticados para nuestro "disfrute". 

Otro aspecto cuestionable es la amplitud de los espacios, que a mi parecer se quedan pequeños algunos de ellos para la cantidad de peces que hay (me da por pensar en que soy uno de ellos y es como si nunca saliera de mi cuarto, llego a una pared y me vuelvo hasta que llego a otra. Agobiaría un poco ¿no?). 

Dejo mi disertación sobre estos espacios de momento y me voy a centrar en qué consiste la visita que hemos realizado con la etapa de infantil.

Una vez que llegamos al acuario, cada clase entrará con una monitora que será la encargada de explicarles todas las especies que verán y antes de empezar les cuenta brevemente la historia de Magallanes, pues el recorrido está basado en su viaje. También les dijo las dos normas básicas que deben cumplir: 

  1. Hablar bajito.
  2. No tocar los cristales ni pasar las barreras existentes.
Una vez que sabemos todo esto, remamos juntos nuestro barco y ¡empezamos la aventura!


En primer lugar veremos peces de agua dulce como el esturión, el barbo gitano o el pez gato negro. Algunos de ellos han habitado en las aguas del río Guadalquivir, pero de tanta pesca furtiva han ido desapareciendo hasta encontrarse en riesgo de extinción, como es el caso del esturión, si mal no recuerdo.
Esturión

Y como todos los niños saben ya, los ríos desembocan en el mar. La monitora ha seguido con el ejemplo del Guadalquivir, para contextualizar con el entorno más cercano y conocido por ellos. Por lo que llegamos a la playa de Sanlúcar de Barrameda, que encontramos los primeros peces que se camuflan, como son el pez araña o el lenguado.

Seguimos remando nuestro barco y adentrándonos cada vez más en el océano más profundo. Encontrarán especies de todo tipo, como los caballitos de mar, estrellas, erizos y pepinos de mar, los primeros tiburones más pequeños, cangrejos, centollos, langostas o las rayas, las cuales podemos diferenciarlas de las mantas por la situación de su boca. Las rayas las tienen en la parte de abajo y las mantas arriba (he atendido a la monitora, se nota ¿no?). 






Hay un momento en el que llegamos a una parte donde no hay agua. En su lugar se muestra toda la basura que dejamos en las playas y que finalmente van a parar al mar, provocando la muerte a miles de peces, reptiles y aves. En esta parada pretenden concienciar a los más pequeños de la importancia del reciclaje y de recoger la basura que fabricamos cuando vamos a pasar un día de playa.

Acto seguido, pasamos a la llamada "Guardería del acuario". En el primer mini acuario, tenemos los huevos de tiburón tigre, que sin duda alguna, es una de las cosas que más me llamaron la atención. Tienen forma de bolsa con unos hilos naranjas para quedarse sujetos, y en algunos de ellos se podía ver como la cría del tiburón se movía dentro. Es fantástico. Cuando han cogido peso y longitud, con sus numerosos dientes abren las bolsas y salen al agua. También podíamos observar una cría de sepia, placton y anguilas.


Es el momento de llegar a la selva junto con Magallanes y por eso tenemos también la oportunidad de ver especies como la anaconda (enorme) o distintos lagartos de los que no recuero el nombre exacto.





¡Y por fin es el momento de conocer a las dos tiburones toro, Margarita y Joanna! Llegamos al acuario más grande del recinto, en el que a parte de los famosos tiburones, conoceremos también a los peces limón, los jureles, otra tiburón llamada Lola, más rayas y multitud peces de todos los tamaños. Aun siendo el más grande con casi 10 metros de altura, me da pena que tengan ese espacio reducido pudiendo tener todo un océano. 





Bajamos remando alrededor de 10 metros para pasar por debajo del gran acuario, pero antes nos paramos en una sala de exposición en la que había numerosas dentaduras de todo tipo de tiburón y otro acuario más pequeño con pulpos y estrellas de mar. Que es la foto que más me gusta junto a la de los huevos de tiburón.



Ya vamos llegando al final y saludamos a dos enormes tortugas de tierra. Los niños flipan con ellas y cómo mueven la tierra. 



Una especie muy curiosa que tenemos la suerte de ver es un fósil viviente: el Nautilus. Es un animal que lleva viviendo en la tierra sin apenas evolucionar desde hace unos 500 millones de años, que se dicen pronto. Es impresionante. 


Nautilus
Para terminar dejo dos vídeos donde podéis observar en movimiento los peces payaso y peces cirujanos (el famoso Nemo y su amiga Dory, respectivamente), así como otras especies curiosas.



Me dejo fotos (siempre sin flash) y animales por el camino, pero el acuario no se va a mover y siempre podéis visitarlo para concretar mucho más. Ellos se lo pasaron pipa, preguntaban mucho y opinaban, aunque les costaba no poner las manos en los cristales y no pasar las barreras. Las ganas de tocarlos podían con ellos. Pero en general se portaron muy bien y el 90% coincidió que lo que más les gustó fue la tiburón Margarita.

Como ya he dicho al empezar, tengo sentimientos encontrados con estos espacios, pero ha sido una experiencia única poder ver estos animales de cerca y aprender más sobre ellos. 


Sed felices :)


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