Margarita Salas - Mujeres en la historia (II)

¡Hola soñadoras y soñadores!


Vuelvo con una nueva entrega de "Mujeres en la historia" aprovechando que hace unos días se celebró el Día de la Mujer, día que ojalá no se tuviera que celebrar ya que eso significaría que por fin estaríamos en igualdad. Pero como aún quedan muchas cosas por hacer, aquí va esta entrada sobre Margarita Salas, una mujer importante en la historia de España que desgraciadamente no conocía y lo hice gracias a la sección "Mujer tenía que ser" del programa de televisión "El Intermedio". Si pincháis en el enlace os llevará hasta la entrevista que le hizo la periodista Sandra Sabatés. 


Margarita Salas nació en el año 1938 en Canero, Asturias. Aun siendo una época en la que era muy difícil ver a las mujeres estudiando una carrera universitaria, sus padres tenían claro que sus tres hijos tenían que estudiar una, independientemente de su sexo. Su vena científica le viene de su padre, el cual era médico y a los 16 años marchó a Madrid para hacer las pruebas de acceso de Química y Medicina. Finalmente optó por Química y tras tres años de estudios se dio cuenta que su futuro profesional podría ir encaminado en el estudio de la Química Orgánica. 


Pero antes de terminar ese año, Margarita conoció en una comida a Severo Ochoa, el cual la invitó a una conferencia que daba en Oviedo y a la que aceptó encantada. Allí escuchó a hablar a Severo sobre la bioquímica, área que aun no había visto ella en la carrera porque se daba en el curso siguiente. Le comentó lo fascinada que había quedado al maestro y este le prometió que le enviaría un libro sobre esta temática en cuanto llegara a Nueva York, y así lo hizo. 

En ese cuarto curso donde conectaría con la bioquímica, también le sirvió para conectar con otro estudiante, Eladio Viñuela. Se convertiría en su compañero perfecto, sentimental y profesionalmente, pues se entendían a la perfección. 


Glucosa-6-fosfato isomerasa
Una vez graduada en Ciencias Químicas, Margarita empezó a trabajar en el laboratorio de Alberto Sols, pionero de la bioquímica en España, gracias a los consejos de Severo Ochoa. Allí realizó su tesis para el doctorado estudiando la especificidad anomérica de la glucosa-6-fosfato isomerasa (si queréis saber qué es dadle clic). Sin embargo, Sols no confiaba nada en el trabajo que pudiera hacer Margarita solo por ser una mujer, y solo la aceptó en su laboratorio porque se lo pidió un premio Nobel. El propio Sols lo reconoció años después cuando Margarita recibió el premio Severo Ochoa de investigación. 

El matrimonio empezó a trabajar juntos en el laboratorio de Sols pero cuando terminaron sus respectivos trabajos decidieron hacer las maletas y marchar a Nueva York, como les aconsejó el propio Severo Ochoa, el cual estaba allí trabajado. Gracias a becas que consiguieron, pudieron hacer realidad sus sueños. 


Margarita con Severo Ochoa

Si bien en el primer laboratorio en el que trabajó Margarita vivió la mentalidad machista del investigador y se esperaba muy poco o nada de ella, no pasó lo mismo trabajando en el laboratorio de Ochoa. Cuenta Margarita que el reconocido premio Nobel puso a cada miembro del matrimonio en un grupo distinto, diciéndoles que al menos así aprenderían inglés. Pero ella piensa que seguramente lo que buscaba era que cada uno se desarrollase personalmente como científicos, sin influirse mutuamente. 

Una vez terminada su aventura por tierras americanas, la pareja decide volver a España y buscar una nueva línea de investigación para trabajar juntos. El tema elegido fue el estudio del fago Phi29. No entiendo mucho de temas biotecnológicos, así que os animo a que leáis por vosotros mismo de qué trata, ya que yo no lo explicaría de manera clara. 

Nuevamente en España Margarita sintió que su trabajo no era lo suficientemente reconocido, pues simplemente era "la mujer de Eladio". Esta discriminación no venía directamente del equipo con el que trabajaba sino del exterior. Por este motivo, Eladio decidió abandonar la investigación conjunta y dedicarse a la peste porcina, dejándole así a Margarita todo el peso en la investigación del fago Phi29, gracias a ese gesto y a su gran labor, consiguió hacerse un nombre propio en el mundo científico. 

Hasta el momento, la patente del ADN polimerasa, ha sido la patente más rentable de toda la historia para España y con la que más ha ganado el CSIC. Todo un logro para Margarita, la cual no solo debe estar orgullosa por este hecho después de las piedras que se encontró por el camino por ser mujer, también se ha dedicado a la docencia a nivel de licenciatura, de doctorado y postdoctorado. Ha sido presidenta y directora de numerosas asociaciones, es académica de la RAE desde 2003 y ha sido la primera mujer españolar en formar parte de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, a parte de perteceneces a otras asociaciones igual de importantes. 

Aun hoy Margarita sigue yendo al laboratorio todos los días que puede, sin embargo ahora se siente discriminada por la edad, como ella mismo expuso en la entrevista que he dejado más arriba en el programa "El Intermedio". Espero de todo corazón que nunca se le acabe esa pasión por la investigación y pueda hacerlo hasta el fin de sus días. 



Como podéis apreciar, es una vida más que interesante la de Margarita. Tuvo que demostrar su valía en la ciencia con mucho más trabajo y esfuerzo que un hombre de la época por el simple hecho de ser mujer. Pero sin duda todo su esfuerzo y su buen hacer la han llevado hasta la cima y por fin pudo ver reconocido su trabajo sin distinciones. Es digno de admirar su valor, tesón y constancia, cualidades que conserva hoy día. 

Si sabéis de mujeres en la historia poco conocidas que merecen más reconocimiento y queréis proponérmelas, os leeré encantada. Tengo muchas ganas de conocer lo que la mujer ha hecho a lo largo de todos estos siglos y que ha sido silenciado tantas y tantas veces.

Os deseo un buen comienzo de semana mañana lunes. ¡A por todas! 


Sed felices :)



Fuentes consultadas


Comentarios

Entradas populares de este blog

Técnicas de silencio

Dinámicas de cohesión grupal (I)

Yo voy conmigo